martes, 13 de julio de 2010

LGBT

una tarde de verano,
más precisamente de febrero,
ella me citó.

sonaba ansiosa,
con mucho ímpetu me invitó un café.
mis dos exámenes de esa semana, no parecían ser excusa suficiente para postergarlo unos días.
no me importó mucho,
tal vez fueron esos veintitantos años de amistad los que pesaron,
los que alertaron a mi intuición que algo no estaba bien.

esa temporada estábamos adictas a un café helado de una confitería que había abierto cerca de su casa.
despúes del primer vaso,
cuya duración fue suficiente para hablar de las materias que tenía que rendir,
mis ganas de trabajar, las vacaciones, el chongo del momento, .... mi abuela...., sus ganas de poner un bar, su trabajo, lo poco que le faltaba para recibirse,etc, etc...,
me dispuse a volver a mi casa para intentar seguir estudiando.

¿no querés otro?

no, no me entra nada más en el estómago.
la mezcla de café, crema, helado, chocolate y algún ingrediente más no conforman una mezcla para subestimar! (en lo absoluto)

caminamos por la avenida una cuadra y media,
algo (definitivamente) estaba mal.
no tenía la certeza de que eso que la inquietaba tanto fuese "malo", pero ella estaba rara.
los nervios delataban en su cara lo que yacía detrás de su falsa sonrisa.

ella nunca fue fácil para leer.
mi percepción solo puede detectar si esta bien o no,
pero más allá de esa vaga clasificación, es una tumba.

pero ese día se volvió muy evidente.

después de que rechacé la tercera propuesta de tomar otro café.
frenó mi lento caminar con su mano,
y con el frenesí de quién necesita confesar algo me dijo "pará, necesito decirte algo".
y sin darme tiempo para darle un ok o al menos darle a entender que la estaba escuchando...
balbuceó "me gustan las chicas".
estaba bordeaux.
(ella. yo atónita)

nunca lo imaginé.
nunca se me cruzó.
nunca supuse que mi amiga de toda la vida pudiese ser gay.

permanecí en silencio,
sin saber bien que decirle,
pero mi ausencia de palabras no estaba de más,
ella no paraba de hablar.

"te juro te lo quise decir antes pero no sabía como"
"nos ibamos a ir de viaje y no sabía como ibas a reaccionar.... no quería que te sintieras incómoda"

una considerada.

acepté ese otro café y volvimos a buscarlo.
esta vez, invitó ella.

nos sentamos cerca de una ventana y atiné a preguntarle lo que cualquier persona en esta situación (creo) preguntaría:
¿cómo fue? ¿cuándo te diste cuenta?

y un apresurado... ¿tus viejos saben?

ahora que lo pienso, los interrogantes que lancé fueron absurdos,
pero en su momento... ,
muchos amigos homosexuales fuera del closet antes,
y cuándo "gay" se limitaba a ir a la plop a ver los shows, a embriagarnos, a escuchar música vieja y a bailar desaforadamente en dónde nadie nos conocía,
los mismos, fueron atinados.

me contó todo.
y tímidamente me repetía "si querés preguntarme algo, preguntá".
si, se refería a sexo.

su incursión en el ámbito era muy reciente.
alguna que otra historia por ahí,
pero la mayoría de las veces habló de su travesía (junto con un amigo excepcional) por conocer gente con los mismos gustos,
por encontrar lugares que favorecieran estos encuentros,

todo se trataba de ella como estudiante.
un mundo nuevo y exceptuando a este amigo (también gay, también nuevo),
ella estaba sola.

nadie sabía.

el pasado, la amenazaba con dejarla sola.
habrían de ser los colegios privados, las clases de religión o la pertenencia a lo que muchos llaman "familias bien" lo que la condicionaban.

el presente más cercano era demasiado "nuevo" como para experimentar el que dirán.
amigos de facultad, compañeros de trabajo..
productos de sus primeros años de profesional, no le ofrecían demasiada confianza como para mostrarse tal cual era.

me llenó de orgullo.
nuestra amistad era tan intensa, que había tomado el riesgo de "perderme" con tal de seguir siendo auténtica, como siempre siempre lo fue.

no dejó nada sin decir,
nada sin aclarar.
fue en ese momento, a pesar de la confesión, la que siempre fue conmigo.

con el segundo café a cuestas emprendimos nuevamente el retorno a nuestras casas.
casi llegando a la esquina de su casa me dijo con el mismo miedo con el que en esa esquina me dijo lo que me dijo,

"bueno no sé, si querés tomarte un tiempo.... pensar en esto que te dije.... ver si te sentís incómoda conmigo,o lo que sea... esta todo bien..."

la amé.
la conozco desde siempre.
¿cómo iba a darle la espalda a quién siempre estuvo conmigo?


¿estás loca?, esto no cambia nada ni tampoco va a cambiar nuestra relación. no voy a dejar de salir con vos, irme de vacaciones, dormir en la misma cama, ir al cine... tampoco pienso que me tenés ganas.... sos mi amiga, eso no cambia.

creo que lo primero que le dije, fue nada más ni menos que TODO lo que siempre escuché que la gente dice que NO haría si se enterara que tiene un amigo gay. en especial a hombres, que piensan que ser gay es sinónimo de animal alzado en la búsqueda (también en palabras de un retrógrada conocido) de un lugar dónde ponerla.

tal vez fue estúpido lo que le dije.
pero es lo que a mi me hubiese gustado que me dijeran si hubiese estado en esa situación.
me hubiese gustado saber que mi amiga de toda la vida me acepta tal y como soy, sin etiquetas, sin agregados... en mi esencia pura.

mañana voy a la marcha.
no porque disfrute de los lugares concurridos y ruidosos, sino que me acuerdo de ella.
de ella y de todos los que alguna vez tuvieron que pasar por esa situación de ser quiénes son,
desafiando estandartes o supuestos,
superando sus miedos.

su cara, momentos antes de serme sincera,
es razón suficiente para recordarme que no hay condición sexual que cuente cuando el amor que tenés por el otro es real y puro.

su sexualidad no me incumbe,
no me cambia,
no la cambia a ella.

no la hace peor ni mejor persona.
no la hace más o menos cristiana, judía, evangelista o atea.
no la hace más o menos espiritual, correcta, ni legal.

le deseo a ella,
y a todos mis amigos y conocidos gays,
lo mismo que me deseo a mi.

yo quiero que ella se pueda casar.
que pueda tener hijos.
quiero que si no son de ella, pueda adoptarlos.

quiero que la sociedad entienda que distinto no es maligno,
y que las cosas que nos entorpecen y nos hacen más "bestias" nada tienen que ver con lo que uno hace cama adentro.

no veo razón por la cuál no se pueda celebrar el amor,
y la unión consecuencia del mismo,
entre dos personas del mismo género.

el amor no es menos,
el respeto no esta ausente,
la perversión no es amiga.

si hablamos de un dios,
es uno lleno de luz, lleno de amor.
¿cómo podría negarse a la unión, al amor mismo, entre dos personas?

antes de invocar deidades que justifiquen nuestra limitada mente,
que den razones "válidas" para seguir propagando odio y discriminación,
el primer paso debería darse hacia al frente.

hacia el lugar del otro.

¿qué tan distinto es al mio?
¿qué tan distinto es al tuyo?

me rehúso a pensar que homosexual no puede componer una misma oración con palabras como "familia, unión, respeto, valores, educación, contención, niño.... y si, vuelvo a repetirla, AMOR"

yo mañana voy a la marcha.
tal vez no sea mucho,
posiblemente no cambie nada..
es mi forma de manifestar abierta y públicamente (al igual que esta carta abierta) mi apoyo hacia ella y a toda la comunidad gay.


¿porqué?

simplemente porque me rehúso a pensar que los derechos que nos permiten celebrar la unión
de dos corazones,
(nada más que el amor en su estadio puro)
no son libres ni iguales para todos.