sábado, 27 de febrero de 2010

attached

el miércoles conocí a alguien que me terminó invitando a una fiesta ayer.
la pasé relativamente bien, no me quejo.
pero había algo...
ese algo que me da retorcijones en el estómago cuándo estoy por salir.

estoy en un impasse.
no sé bien a dónde estoy parada ni hacia dónde voy.
soy un carancho despelotado,
atemporal,
impuntual,
incapaz de definir para dónde tomar vuelo.

y entre esas confusiones que empiezan a pesar cuándo el autoestima empieza a descender de golpe,
entra el tema del amor...
el amor en su formato de pareja.
el amor en su complemento hombre-mujer.

en el último post alguien me dejó una frase:

"Happiness is like a butterfly; the more you chase it, the more it will elude you, but if you turn your attention to other things, it will come and sit softly on your shoulder..."

¡cuánta verdad!
pero no puedo evitar pensar que el tema no pasa por unas ganas desmesuradas de estar con alguien especial,
estar de novia,
y toda la bola...

creo que el tema que realmente me esta afectando es el tema de la aceptación.
esto de que no encuentro en el género masculino una re confirmación de algo que puedo saber o que no,
de algo que puedo ser o que no,
pero que en definitiva realza esta idea de "sentirse deseada".

yo pensaba que el tema pasaba por otro lado,
hasta que hablando con mi papá acerca de otra cosa...
empezó a decirme que el veía que yo necesito ese "halago" constante,
que el otro me este diciendo todo el tiempo cómo soy, o cómo es mi trabajo.

escuché esto y sentí que desde algún lugar lejano me habían mandado la respuesta de
¿qué es esto que siento?

me dolió en algún punto lo que me dijo,
pero más que nada porque me avergonzó saber que era verdad,
que soy así.
lo reconocí al instante.

los parámetros con los cuales califico mi físico, mi trabajo, mi esfuerzo, mis proyectos...
son consecuentemente,
un promedio de opiniones... de personas conocidas, desconocidas...

la razón, el juicio único está en los otros.

es horrible depender de esto.
sentir que la palabra del otro tiene más peso en vos que tu propio razonamiento.
que en definitiva un juicio de valor proveniente de alguien/algo externo.. tiene consecuencias directas y destructivas (o por el contrario, la enaltece) sobre tu autoestima, sobre tu persona.

un elogio es la escalera al cielo,
una crítica, o tal vez la falta de elogios son motivos suficientes como para mandar al carajo todo lo que yo creo, considero, o estimo de mi vida.
deja de ser suficiente mi opinión frente a los de la demás.

claro..
después hablo de mi anhelo constante por soltarme... ser más auténtica..
poder llevar al límite mi forma de expresarme... mi forma de ser.
¿cómo hacerlo cuándo mi persona se encuentra coartada, condicionada por el cristal con el cual me evalúa el otro (no importa quién sea)?

ser de uno.
¿o ser de otros?

lunes, 22 de febrero de 2010

lonely brunch.


para cortar un poco con la racha salidera este fin de semana me quedé en casa.
no, claro está que no fue por elección..
fue principalmente , y únicamente, porque hoy tenía parcial..
y ni daba llegar en blanco.

supuestamente me encaminé con la idea de sacarme un ocho o más,
para promocionar,
y en las últimas horas del día de ayer... ya rezaba por "aunque sea" un cuatro.

la cosa es que después de pelotudear los (hasta entonces) dos días del fin de semana
(si, para mi empieza con el viernes incluido)
el domingo me dispuse a levantarme temprano para ponerme a estudiar.
como sabía que en mi casa, ni en el estudio, me podía concentrar apelé a ir a un lugar dónde me vendieran café y tuviesen mesas amplias para poder hacer despliegue de resúmenes, y otras cuestiones literarias:
Starbucks fue mi errada y pésima decisión.

claro..
yo fui con mis útiles.
el resaltador flúor , la pluma parker, y un cuaderno para poder hacer anotaciones.
vestimenta? muy casual...
o sea, ¿quién iba a estar en starbucks a la mañana temprano?
supuse que iba a haber gente, pero todos en la misma que yo, estudiando.

y fue así.
llegué, casi vacío pero cuándo subí había varias mesas ocupadas por grupos de estudio.
eran patentes los libros abiertos y los café venti sobre la mesa.

pero...
(si, siempre lo hay)
a la hora y algo ... ponele tipo 11.. 11:30
se empezó a llenar de "argentinian sweethearts".
parejas señores, parejas.

ambos vestidos con la misma ropa del día anterior.
era oooooooobvio.
ninguna mujer usa mini con tacos..
ni remeras con encaje o espalda descubierta un domingo a la mañana.
era irremontable.
irremable (?)

no venían de misa,
ni estaban empezando su cita,
venían de un telo o de la casa de alguno,
no hay mucha vuelta para darle,
tal como lo definió un muy buen amigo mio "post-coital brunch".

Hola, si, buen día ¿Cómo estás?
si bueno.... quería un alto mocca.... un muffin de banana, si, con extra crema el café... y si... dame una de esas cosas que te recuerdan que mal te sienta la soltería
(un domingo a la mañana).



viernes, 19 de febrero de 2010

hombres.. a marzo!

le copio el título del post a una amiga que escribió de manera breve y concisa como nos sentimos todas.
para ser más sincera, no podría haberlo dicho de la forma tan diplomática que ella utllizó...
yo hubiese usado frases como

"hombres... están en el horno"
"malditos embusteros" (haciendo honor a la pensadora contemporánea Fey)
"...ylareputisimamadrequelosremilparió"

y derivados varios.
varios varios...
que a veces dejan de ser puteadas y se resumen en un par de mensajes de Jueves a las 3 Am diciendo:

"Siempre van a ser así de idiotas? O llega un punto en el cual mejora?"

"No sé... Yo pensé que los de 30 iban a ser más interesantes..Peeeeeeero... definitivamente no :S y mira que le pusimos onda y chamuyamos mucho eh...!"


el primer mensaje salió después de un largo suspiro en un taxi retornando a casa.
me costó escribirlo, pues estaba algo pasada de copas...

no me quiero hacer la canchera haciendo alusión al pedo que me agarré ayer,
la verdad que no.
dudo mucho que este bueno, en especial porque últimamente es algo "usual".
no, no termino quebrando abrazada a un árbol...
pero si vuelvo mareada, muy, queriendo no haber tomado ese último vaso de algo, o cerveza de más.

a veces me pregunto si no tomo de más para evadir la realidad con la cual nos encontramos,
ella, la que me respondió el mensaje...
yo,
y todas las que nos siguen..


no importa si chamuyás,
no importa cuánto mientas,
ni siquiera si les decís que estás celebrando porque después de veinte años viste por primera vez "liberen a willy"..

si intentás hacerte la boluda,
amiga no lo intentes más!
sin esfuerzo alguno, lograrán superarte por afano...
sin tener que interpretar un papel más que el de ellos mismos.

"más bien malo conocido que malo por conocer"...
no quiero ni voy a recurrir a las viejas cucharas almacenadas en el fondo del freezer,
me suena conformista...
no sólo por no "buscar" otra cosa, sino más bien por el hecho de acceder a pasar tiempo con alguien que tiene para ofrecer lo que vos no necesitás.

como dice mi peluquero "para cojer... alguien siempre uno tiene"
si,
¿y para lo otro?


¿queda gente para eso?


¿porqué siempre que hablás de eso otro que no es cojer, la gente lo relaciona con las relaciones monótonas, aburridas, formales... de cine, cena y telo?


me aburre que piensen así.
me aburre aburrirme de salir...
divertirme, con un deseo controlado de conocer a alguien con el cuál (por lo menos) sea agradable conversar...
y volver con las manos vacías.

no,
no por la falta de oferta,
sino más bien por la falta de hombres con personalidad,
.. hombres con sentido.










domingo, 14 de febrero de 2010

lifetime

escuché ruido..
un murmullo constante que parecía ser una balada de Luis Miguel.
abrí la puerta y vi las luces encendidas,
la radio en volumen tres,
estaba en su cuarto.

amagué a apagar la radio,
me ausenté unos segundos retractándome de mi decisión,
me senté en el piso pensando,
cómo te extraño.

todo se ve tan vacío,
mientras la ropa forma pilas fácilmente confundibles entre si,
que otorgan a la habitación un aspecto de abandono.
un abandono no intencional,
que sucedió tan pero tan rápido,
y se extendió tanto a la vez,
que difícilmente puedo creer que la cotidianidad no tiene las palabras : hospital, remedios, dosis ni derivados varios.

todavía no llegó el instante en el cual puedo recordarte por tus otros momentos,
por tus otros días, repletos de vitalidad.
por tus horas compartidas,
por los recovecos en mi memoria que tenemos en común.