domingo, 19 de diciembre de 2010

bon appetit

esta receta es infalible y básica.
practicamente lo que tenés que mezclar son elementos que están a la orden del día.
no, no de esos recurrentes y conocidos,
sino más bien aquellos que surgen de la curiosidad y que, en caso de encontrar lo que no querías encontrar,
se vuelven letales al tacto visual.

para empezar a cocinar este platillo servido en una base de historiasinfinal para uno de los lados,
tenés que agarrar un Domingo.
un domingo atareado no,
un domingo con sabor a cualunque pero que tenga unas suaves notas de melancolía facilmente percibibles en su aroma.

si el mismo se viene extendiendo en el tiempo como si quisiera durar 48 hs, mejor.
y si te cruzás con este ingrediente mientras preparas ese bendito final que debes hace dos años, es quasi imposible que te salga mal.

el momento en el cual tenés que ponerlo a fuego lento queda a criterio de cada uno.
no hay reglas.
puede ser a la mañana, reahogado en resaca de sábado,
o antes de la cena, para usarlo como té antidigestivo.

el punto clave de la receta está en la curiosidad.
tiene que despertarse después de mucho tiempo de haber estado disfrazada bajo el título de "indiferencia".
en lo posible, tiene que haberse sazonado con frases como "esa historia ya fue" o "a mi de él no me interesa saber nada".

todo empieza con una pregunta... se activa con algo así como un ¿habrá vuelto de viaje?
pero formulada con un tono suave eh!,
la ansiedad y la falsa ilusión creada con imágenes ,que no reconocen el sufrimiento vivido como excusa válida para no seguir maquinando, tienen que pasar desapercibidas...
(sino arruina el sabor)

nos falta el elemento aglutinador.
el que va a juntar, mezclar y revolver todos los ingredientes, que por separado, parecen no tener relación.

He aquí la función de la red social hijadeputa.
esa misma que te sugiere que agregues a tus ex como amigos, la que te muestra aquello que no querés ver.... en síntesis: la que te da de que hablar durante toda la semana.

si la combinas con el caudillo mortífero que no sabe configurar (o no quiere hacerlo) sus "privacy settings" tenés un festín.

listo.
en la sartén pusiste entonces:
tu curiosidad, que as usual, vino con mal timing.
la red social que te va a mostrar eso que buscás pero que quede claro!!!, no querés ver...
el caudillo, que está más bueno que comer pollo con la mano, que muestra sus fotos sin recaudo a dañar a terceros,
y... la frutilla del postre que es justamente esa foto de perfil que lo muestra abrazado a una esbelta y simpática mujer en su nueva ciudad a la cual llama "residencia".

si querés intensificar el sabor, sumale algo de baja autoestima y un deseo tenue que delate tu necesidad (a veces exagerada) de encontrar "amor".

para acompañar, una guarnición de hombres que buscan ser el nuevo caudillo pero que ni le llegan a los tobillos...

he ahí, un platillo digno de degustar en cámara lenta.