escuché ruido..
un murmullo constante que parecía ser una balada de Luis Miguel.
abrí la puerta y vi las luces encendidas,
la radio en volumen tres,
estaba en su cuarto.
amagué a apagar la radio,
me ausenté unos segundos retractándome de mi decisión,
me senté en el piso pensando,
cómo te extraño.
todo se ve tan vacío,
mientras la ropa forma pilas fácilmente confundibles entre si,
que otorgan a la habitación un aspecto de abandono.
un abandono no intencional,
que sucedió tan pero tan rápido,
y se extendió tanto a la vez,
que difícilmente puedo creer que la cotidianidad no tiene las palabras : hospital, remedios, dosis ni derivados varios.
todavía no llegó el instante en el cual puedo recordarte por tus otros momentos,
por tus otros días, repletos de vitalidad.
por tus horas compartidas,
por los recovecos en mi memoria que tenemos en común.
domingo, 14 de febrero de 2010
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