medios virtuales que te invitan a establecer otro tipo de conexión.
la nuestra,
empezó algo así como hace dos años,
por una amiga en común que no se bien en que contexto, le dio mi mail.
"vio unas fotos tuyas, le gustaste y me pidió tu correo".
ok.
pasalo.
al principio hablamos de cosas que no tenían mucho sentido,
después empezamos a ahondar más en otras cuestiones..
familia (gran tema gran), relaciones, gustos, ... sueños (?)
era en detalle alguna salida melodramática,
o compartir alguna situación graciosa,
era todo y nada a la vez.
de a poquito,
pero sin prisa,
(porque en ningún momento se forzó la situación para que algo sucediera)
se fue construyendo "algo".. (valga la redundancia)
amorfo.
inconcluso.
algo que no tenía razón de ser, ni un contexto determinado,
pero que se nutría de cada ventana titilante.
mucho tiempo después lo incierto al menos tenía dos personas.
más allá de alguna foto que en algún momento intercambiamos,
eramos dos incógnitas en el plano físico,
pero sin embargo yo sabía quién era el, y el sabía quién era yo.
las coincidencias después de sumarlas, abundaban,
las diferencias, existían,
pero todo convivía pacíficamente.
hace algunas semanas...
tal como empezamos a hablar, lo conocí.
inesperado.
sin planearlo lo vi en un boliche, una noche de sábado cuándo había salido con B.
siempre fichamos.
es clave.
esta vez era otra de esas veces..
"So... ese tiene traje como te gustan a vos y barba"
lo miré,
y así fue como el flash de alguna de esas fotos que mencioné antes me pegó en la cien.
ahí estaba,
mi amigo virtual,
bailando a metros y una escalera de por medio.
estaba casi convencida de que era el,
pero para asegurarme que las dos cervezas encima no habían causado daños colaterales,
me acerqué.
después de ojear,
re-ojear,
mirar no disimuladamente,
estaba convencida.
le pregunté al amigo si estudiaban ingeniería industrial,
(porque sabía que salía con ellos y ellas...)
se asustó,
me dijo que si.
me conocés?
no, a vos no.
giré la vista.
me miró aquél con el cuál había compartido casi todo este último tiempo,
aún él sin saberlo,
y le dije "yo a vos te conozco".
aseguró que no, me preguntó si estaba segura..
sonrisa de por medio me presenté.
me puso cara de no entiendo nada...
después medio que empalideció.
y por último largó un "tengo un pedo para veinte"
que repitió como ... si, veinte veces.
no fue más que eso,
y un saludo cuándo se iba.
al otro día hablamos por el medio por el cuál siempre lo habíamos hecho,
...
era raro.
esa barrera que nos "separaba" ya no estaba.
y había dos caminos posibles dependiendo de qué haya sentido o que le haya pasado a cada uno.
todo estaba muy claro,
exceptuando el hecho de que no nos veíamos,
y cada vez que parecía tirarle alguna indirecta se las ingeniaba para no decirme nada.
as usual,
cuándo yo voy,
el otro vuelve.
o no está.
tal vez tenía muchas ganas de que fuese la excepción,
mientras que el se describió como la persona "no indicada en el momento menos propicio".
¿existen momentos propicios?
¿ o es uno el que genera las condiciones para que el momento sea el adecuado?
¿Hasta que punto son trabas, y hasta que punto es uno el que no quiere arriesgarse*?
*: take a chance, maybe?
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